Resistencia al NWO Argentina

Crisis, te has preguntado porque vivimos una crisis sin fin, que solo beneficia a un pequeño grupo en perjuicio del resto de la humanidad.



"El disidente es aquel ser humano que en algun momento de su vida, renuncia a la manada y empieza a pensar por si mismo"




jueves, 4 de abril de 2013

UNESCO y el Nuevo Orden Mundial: La guerra de información


Si tuviste el infortunio de nacer después de 1970, has sido puesto bajo las manos de un nuevo sistema educacional que ha llegado a cada segmento de la vida pública: desde la transmisión de los medios de comunicación y los periódicos, a libros de texto usados en la escuela, e incluso, películas de gran presupuesto.
En una publicación de 1968 por Louis Francois (PDF - The right to education; from proclamation to achievement, 1948-1968) para la division de lavados de cerebro de la ONU, la Organización Educacional, Científica y Cultural de Naciones Unidas (UNESCO), el autor se adentra en la necesidad de un sistema educacional mundial opuesto al antiguo, el cual reconoce la soberanía del estado-nación (página 18): “Estamos presenciando el establecimiento de un nuevo orden mundial basado en el sistema de las Naciones Unidas”, explica Francois.
Éste concibe el aumento de la población mundial como uno de los principales obstáculos a superar en la búsqueda de un sistema educacional global (página 25): “(…) no sólo está la población del mundo aumentando, también está creciendo más joven (…) Así que el primer obstáculo a ser superado por la educación es un tema de cantidad. El primer problema a ser resuelto por un ministerio de educación es el de la capacidad y enseñanza de estas multitudes cada vez más jóvenes”.


En la página 32, el autor llega a un punto donde aborda una conclusión diabólica, lógica en su manera de pensar: “Es difícil poner al día la expansión educacional con el enorme aumento de la población”. Para guiar efectivamente a la población hacia la esclavitud, la cantidad de personas debe reducirse o su eficacia desaparecerá. “Hacia donde miremos”, dice Francois en la página 26, “la educación está luchando por prevenir la explosión demográfica”.
El representante de la ONU describe el futuro de la educación y los principios basales sobre los cuales debiese ser fundado (página 80): “Promover el reconocimiento de que, si los países del mundo siguen aún divididos por sus intereses y convicciones políticas, ellos están, día tras día, creciendo más cercanamente interdependientes en materias de economía, ciencia, tecnología y cultura. Promover el conocimiento de  que las naciones deben cooperar, esto es decir, trabajar juntas por su bien común dentro de organizaciones internacionales".
"Para resumirlo", concluye el autor en la página 98, "UNESCO sirve como un catalizador para ideas dinámicas. Bien posicionada para escuchar lo que está pasando en el mundo, sensible a las necesidades de la nación, UNESCO está consciente de la primera agitación de ideas, sigue su desarrollo y puede, al tiempo debido, coordinar, armonizar y finalmente imponerlas en toda su fuerza."
Este paso calculado y sincronizado hacia un nuevo mundo no es una cosa que se origine desde abajo, de alguna manera evolucionando naturalmente desde las raíces populares. Se trata de un sistema originado en lo alto, disfrazándose de raíces populares, para ser impuesto en la audiencia más grande posible a través de los medios de comunicación, sistemas escolares y otros instrumentos disponibles de propaganda. En 1974, el director general de la UNESCO, Rene Maheu, recalcó la importancia de reunir a todos los medios de comunicación, sin importar su canal, bajo las manos de UNESCO y los globalistas. En un banquete del Consejo Internacional de Coordinación y el Programa del Hombre y la Biósfera en Williamsburg, EE.UU., Maheu comienza refiriéndose a la visión a largo plazo de UNESCO para la humanidad (página 2): “El razonamiento detrás del programa del Hombre y la Biósfera es asegurar que los requerimientos medioambientales físicos, biológicos y otros del hombre, sean ubicados en las manos de cada uno de nosotros (los presentes) y permanezcan bajo todo nuestro control”.
Explicando a su audiencia oyente que la Tierra se desintegrará sin “un esfuerzo colectivo planeado, organizado y ejecutado por una comunidad internacional que actúe en consenso”, el director general continúa declarando: “Creo que hemos alcanzado el punto en los asuntos mundiales donde debemos tener una reorganización sistemática de las relaciones internacionales en todos los niveles”. Él, por supuesto, favorece a la ONU como el cuerpo apropiado para la reorganización (página 4): “Deseo reiterar mi firme convicción – junto a mi esperanza – de que un nuevo orden mundial – político, monetario, económico y social – debiese ser establecido ahora”.
Precisamente años después de que Louis Francois bosquejara los planes para un nuevo orden mundial, una reunión de ‘consultores’ fue organizada en los cuarteles de la UNESCO para discutir “el flujo libre y balanceado de la información en el nuevo orden de las comunicaciones”.
Los participantes fueron cuidadosamente seleccionados para encajar con los diseños de los organizadores globalistas (página 1): “Quince consultores y observadores de universidades y círculos profesionales y organizaciones representantes de periodistas internacionales asistieron a esta reunión. El principal propósito de la reunión era revisar brevemente los orígenes del concepto de un flujo libre y balanceado de información, analizar el actual estado de las discusiones y los componentes de un nuevo orden mundial, junto a sus implicancias legales, tecnológicas y socioeconómicas, y hacer sugerencias y recomendaciones sobre futuras acciones de UNESCO y otras organizaciones internacionales.”
Uno de los objetivos descritos en el documento fue (página 2): “Preparar y llevar a cabo ‘programas pilotos’ de educación que incorporen estos principios. Respecto a las ‘implicancias legales’ antes mencionadas, una de las propuestas fue ‘redactar regulaciones relacionadas a las comunicaciones internacionales masivas’” (página 3).
Cuando el estatus de un periodista en este nuevo orden mundial fue discutido, los participantes acordaron que primero debían ‘evaluar la viabilidad de establecer un código internacional de éticas que fuese adoptado por los periodistas, poseyendo un sentido ‘universal’ de misión, es decir, trascendiendo su origen nacional en defensa de la paz y la fraternidad” (página 3). Cuando aplicamos eufemismos Orwellianos, un código de éticas equivale, por supuesto, a un juramento de obediencia.
Entre las muchas recomendaciones perturbadoras hechas por el panel, como establecer “un fondo internacional con el propósito de rentar canales transmisores de noticias”, la necesidad fue expresada: “crear un Consejo de Prensa Mundial” para ayudar a asegurar la veracidad y objetividad de la información, en caso de que sea imposible diseñar y adaptar un “código internacional de éticas” (página 6).
Un organismo transnacional, en otras palabras, que decidirá si la noticia es veraz o no. Mientras la reunión seguía, los participantes también pidieron (página 4) “seminarios para profesionales, con el objetivo de hacerles entender la necesidad de ampliar las preocupaciones sobre aquellos que, en el proceso de la comunicación masiva, tienen la responsabilidad de seleccionar información; en otras palabras, aquellos que actúan como filtradores de la información”.
En una conferencia de UNESCO de 1983, pareció haber incluso un consenso más grande sobre las estrategias que debiesen ser implementadas para alcanzar un nuevo orden mundial, y se notó que aquellos que asistieron pasaron bastante tiempo debatiendo problemas semánticos (página 16): “Los participantes concibieron el nuevo orden mundial como un concepto reconocido, en desarrollo pero irreversible, que sería establecido paso a paso (…) El establecimiento de un nuevo orden mundial de las comunicaciones pareció para unos participantes como una respuesta mundial a la revolución de éstas, mientras otros enfatizaron la importancia de la palabra ‘nuevo’ en describir el concepto”.
“Algunas declaraciones enfatizaron la importancia de hablar de un nuevo orden y no ‘el’ nuevo orden, debido a que el concepto estaba evolucionando rápidamente y también recalcaron la importante diferencia entre un nuevo orden internacional, concerniente sólo a relaciones inter-estatales, y el nuevo orden mundial, que toma en consideración todos los problemas comunicativos en un contexto global”. Bordeando lo ridículo, este intercambio entre globalistas es, sin embargo, significativo, ya que ocurrió mucho antes de que Bush padre diera su famoso discurso del ‘nuevo orden mundial’ ante el Congreso estadounidense en 1991. Se volvió parte de la nomenclatura, mucho antes que eso, dentro de reuniones globalistas claves. En la página 10, algunos participantes de la conferencia declararon que “el esfuerzo por establecer un nuevo orden mundial de la información y la comunicación en etapas pudiese no estar separado del esfuerzo por promover un nuevo orden económico internacional”.
Su idea y plan final para un gobierno mundial no se trata de alguna fuerza mágica o misteriosa que sólo puede ser entendida por una lectura complicada entre líneas, sino todo lo contrario: ha sido mencionada ante nosotros, palabra por palabra, por transnacionalistas antiguos. Como el profesor Saul Mendlovitz, co-director del Proyecto de Modelos de Orden Mundial (WOMP), dijo en su discurso de aceptación en la ceremonia de galardones del “Premio a la Educación de Paz” de UNESCO en 1990 (página 36): “Es mi creencia personal (no compartida por todos los miembros del WOMP) que hay una oleada abrumadora en la dirección de una Constitución global y que un Estado mundial está emergiendo. Efectivamente, algunas élites de las políticas están comenzando a discutir un banco central mundial único y una moneda única”.
Esto, en sus propias palabras, es el objetivo final de la élite. Pero el camino no está exento de obstáculos, y ellos mismos están conscientes de ello. En el mismo discurso de aceptación – con un vaso de champaña en la mano – el profesor expresó su preocupación sobre un problema del futuro: “Mi temor”, Mendlovitz agregó, “es que seremos intimidados por las nociones de centralización, la forma jurídica y en tratar de entender valores a un nivel local, permitiendo así a las fuerzas centralizadoras de los estados y clases dominantes a mantener control de la transición y la gobernanza de la Constitución global. Lo que creo que será necesario para aquel momento, es liberar desde nosotros mismos la idea de una identidad de especie. Esto es, cultivar esa capacidad en cada uno de nosotros para identificar, empatizar y actuar con y en nombre de la especie humana y el planeta donde habitamos”.
Con el objetivo de inspirar más este desapego entre los humanos y sus propias tribus – y desviar esta inclinación natural hacia un sentido de ciudadanía mundial que reemplace a la tribu por una “tribu global” – una gran infraestructura de propaganda fue creada, con un asiento especial reservado para los medios masivos en su afán de lavar cerebros. Mientras, los globalistas han propagado sus tentáculos de manera muy amplia en un intento por absorber nuestros instintos de supervivencia ‘paso a paso’ y llevando la energía de la creatividad humana directo a su nuevo orden mundial deseado.
La pregunta de si tendrán éxito depende enteramente de la capacidad de las audiencias apuntadas de resistir al flujo constante de la propaganda. Y esta capacidad, por supuesto, dependerá en gran parte de la efectividad de la guerra de información que estamos combatiendo.

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